Vistas de página en total

jueves, 20 de junio de 2013

El diario de Adán y Eva

Miércoles: [...] alrededor de una hora después de la salida del sol, estaba cabalgando a través de una llanura florecida donde miles de animales estaban pastando, dormitando o jugueteando entre sí de acuerdo con su deseo, cuando de repente estalló una tempestad de ruidos horribles y en un instante la llanura era una conmoción frenética y cada animal estaba destruyendo al vecino. Supe lo que significaba: Eva había comido de aquel fruto y la muerte había llegado al mundo.

lunes, 19 de marzo de 2012

do it

Escóndelo como sea; entiérralo si hiciera falta, ¿de acuerdo? Que nadie sepa que eres de los débiles. Niégalo mil veces: tú no tienes. Recuerda: NO tienes.Si preguntan, finge no saber. Ignórales cuando te hagan creer que es imposible vivir sin uno porque todos los seres, desde el más diminuto e insignificante hasta el más malvado y cobarde, lo poseen. No les creas: nadie mejor que tú va a saber con qué puedes vivir y con qué no. Di que desconoces de lo que hablan; probablemente te muestren los suyos queriendo darte confianza pero no caigas en la trampa: jamás muestres el tuyo. Sólo tú decides quién tiene acceso a él.
Y ten mucho cuidado, porque en el momento en que alguien descubra que estás escondiendo una cosita de esas que late, querrá adueñarse de ella y entonces estarás perdida para siempre.

martes, 11 de octubre de 2011

Somos el tiempo que nos queda.

"...y no te preocupes porque el tiempo lo pone todo en su lugar aunque haya días en que no sepa dónde situarlo y te haga sentir que va demasiado lento; y en vez de colocar , te desordene por dentro. Pero dale tiempo al mismo y confía..., confía en él porque es la clave"

lunes, 22 de agosto de 2011

Y quien no esté de acuerdo, que tire la primera piedra

Puede que una imagen valga más que mil palabras pero sonreír no siempre significa felicidad, al igual que llorar no quiere decir que estés triste. Nos guíamos por la imagen que recibimos de las personas, de su fachada: si sonríe, está feliz y si llora está triste. Si se ríe a carcajadas es la persona más simpática del universo, y si, por el contrario, no le baila el agua a nadie, es un asco de persona. A veces la sonrisa es un arma que el ser humano usa para esconder lo que realmente siente o es; al igual que una cara seria es sólo una coraza para que nadie adentre en su interior.
Puedes enamorarte de una persona por su sonrisa, pero eso es sólo una mínima parte de ella. Puedes despreciar a alguien porque no sonría siempre, pero te olvidas de que quizás, simplemente, necesite algo más de tiempo que el resto para poder sonreír tan fácil como otros, y entonces, prejuzgamos sin tener ni idea de lo que pasa por su cabeza o corazón.

La primera impresión es la que siempre cuenta y jamás nos esforzamos en profundizar si lo que encontramos a simple vista nos convence, y así nos va el pelo...

lunes, 8 de agosto de 2011

Para que nada nos separe, que no nos una nada.

Escucha esa canción que tanto le estremece y aún no sabe por qué, o tal vez lo sabe demasiado bien; y el estómago le da un vuelco al mismo tiempo que su corazón se acelera. En la garganta un nudo le impide articular palabra, y entre tanta sensación cierra los ojos mientras su mente le lleva a hacer lo que cada día se prohíbe: recordar. No anhela nada, pero forma parte de su pasado, y a veces lo único que quiere es volver a sentir aquella estabilidad -si es que se le puede llamar así- porque está cansada de coleccionar besos cargados de anonimato y vacíos de sensibilidad.

A lo lejos un gato en celo maúlla y el camión de la basura recorre la calle vaciando contenedores; lo reconoce por el olor que deja en su habitación. Es curioso, a él también lo reconocía por el olor; muy diferente al de la basura, por supuesto, porque su basura iba por dentro, y esa no huele sino que hiere. Pero tiene prohibido pensar en eso, porque como dice la canción: pasado pisado… y la basura al excusado.

viernes, 1 de julio de 2011

2009

Y es que, a veces, cierro los ojos deseando con todas mis fuerzas olvidar su voz; poder odiarle. Y no porque quiera, sino porque lo necesito. Es una de esas cosas que tienes que hacer por necesidad, aunque sea lo último que se te pase por la cabeza -porque te conoces demasiado y sabes que por mucho que te repitas a tí misma lo mucho que le odias, no estás más que repitiéndote lo mucho que le quieres. ¿Sabes?-.

Y te sientes débil y odias no poder odiar; pero sobretodo odias no saber ocultar esa debilidad por él, porque eso le hace fuerte. Y en el fondo es lo que les gusta: debilitarnos..., debilitarnos y dominarnos.

sábado, 4 de junio de 2011

Infecto.

Que la misma luz que me ciega

guiará cada uno de mis pasos.


Niégalo, escóndelo todo. Niega a los demás lo que sientes y sobre todo a ti mismo. No lo sueltes, no lo pienses, déjalo olvidado en el rincón más oscuro de tu memoria; en el más cerrado de tu corazón. Sé turbio. Sonríe aunque no te apetezca y que nadie se dé cuenta. Cierra los ojos y adéntrate en tu interior. ¿Ves una luz? Huye de ella: soy yo llamándote para que vengas. Ábrelos, ¿te late el corazón? ¿Sientes la fuerza? Son tus sentimientos intentado escapar de la cárcel en la que los has hecho prisioneros; pero no te dejes llevar. Sé fuerte y nunca te des por vencido; reprímelos, ahógalos hasta que se pudran. Enorgullécete de ti y no pidas perdón. Que no caiga ni una sola lágrima de tus ojos. Recuerda que arriesgar es de fracasados y olvídame.

Sigue tu vida intentando respirar, ¿puedes? Yo sí: jamás me he negado a mí misma una evidencia; ni he dejado olvidados los recuerdos de mi memoria en ningún rincón. He sido transparente cuando todo el mundo era opaco. He sonreído sólo si la situación lo requería ignorando habladurías. No huí de ti cuando me llamabas, por tenue que fuese la luz o por frágil que fuera la esperanza. En la vida he frenado mis sentimientos y siempre, siempre, siempre me he dejado llevar; además nunca me importó pedir perdón. Es evidente que no he sido fuerte: me derrumbo con facilidad y las lágrimas aún caen de vez en cuando porque arriesgué y fracasé. Y por supuesto no, no te he olvidado, pero yo si puedo respirar porque no hay nada que me pudra por dentro.