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lunes, 4 de octubre de 2010

Sin corteza.

Cuando el insomnio te visita y el estómago te advierte de que, quizás, aquellas espinacas no fueron suficientes; cuando los basureros dejan tu calle llena de mierda; cuando, acostada, las ideas se agolpan en tu cabeza, y crees que tus dedos podrían deslizarse a tientas por un teclado expresando cómo te sientes; cuando tienes frío y hace calor; cuando todos duermen y tu les envidias; cuando te das cuenta de que tu vida no es como la imaginaste; cuando te sientes perdida ante tantos caminos; cuando le echas de menos y quieres tocarle; cuando quieres tenerlo todo tan claro que lo único que haces es confundirte; cuando piensas "esta mortadela está jodidamente salada"; cuando el tiempo pasa y todo te parece tan inútil...; cuando ser universitario no mola tanto como decían; cuando encima de tu mesa hay una caja de cartón, un sujetador azul y un libro; cuando nunca es suficiente, pero siempre es demasiado; cuando todo lo que haces está mal; cuando crees que algo no es justo que te ocurra; cuando creen que pasas de todo, pero la única realidad es que todo te importa demasiado; cuando estás tan lejos de cualquier cosa y la extrañas, lo único que te queda pensar es que tal vez mañana no tengas insomnio, ni hambre, ni tu mortadela esté salada; ni le eches de menos y puedas tocarle, mientras le das el último bocado a tu sandwich sin corteza.

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