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viernes, 26 de febrero de 2010

Fragmentos de insomnio de cualquier noche.




[...] pero el tiempo y la distancia habían enfriado sus manos. Sus caricias eran forzadas. Su voz sonaba lejana. Ya no me miraba como antes; ya no me miraba. Dirigió su mirada hacia un horizonte infinito, sin expresión, sin ganas. Yo me limité a sonreírle con cariño, como si no me hubiese percatado de que ya no me quería; de que ya no me deseaba. Tras varios minutos en silencio y con miles de recuerdos junto a él, le abracé.
- Te echaré de menos -susurró.
Supe que mentía.

Nadie dijo lo contrario nunca...





La tercera es la que se deduce a partir de lo posible y de lo necesario. Y dice: Encontramos que las cosas pueden existir o no existir, pues pueden ser producidas o destruidas, y consecuentemente es posible que existan o que no existan, Es imposible que las cosas sometidas a tal posibilidad existan siempre, pues lo que lleva en sí mismo la posibilidad de no existir, en un tiempo no existió. Si, pues, todas las cosas llevan en sí mismas la posibilidad de no existir, hubo un tiempo en que nada existió. Pero si esto es verdad, tampoco ahora existiría nada, puesto que lo que no existe no empieza a existir más que por algo que ya existe. Si, pues, nada existía, es imposible que algo empezara a existir; en consecuencia, nada existiría; y esto es absolutamente falso, luego no todos los seres son sólo posibilidad; sino que es preciso algún ser necesario. Todo ser necesario encuentra su necesidad en otro, o no la tiene. Por otra parte, no es posible que en los seres necesarios se busque la cause de su necesidad llevando este proceder indefinidamente, como quedó probado al tratar las causas eficientes. Por lo tanto, es preciso admitir algo que sea absolutamente necesario, cuya causa de su necesidad no esté en otro, sino que él sea causa de la necesidad de los demás. Todos le dicen Dios.

P.D.: Y yo le digo What the fuck.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Querido Iván:


Esta es la última vez que me dirijo a ti. Es lo último que te queda de mí. Me marcho, Iván. No quiero que me busques. Ni que me pienses. Tampoco me recuerdes. No intentes dar conmigo, porque ni yo misma sabré hacerlo. Ni yo misma sé a dónde iré mañana. Sólo sé que me voy lejos de aquí. Lejos de ti y de mí. Lejos de nosotros.
Lejos de esta ciudad, del ruido, del humo de los coches. Lejos de tanta hipocresía; de gente conocida.
Iván, yo me marcho a pasar desapercibida. Me marcho tan lejos que nadie me conozca. Me marcho adonde los caracoles son felices incluso cuando no llueve. Adonde la música es capaz de hacer que los dedos del poeta se deslicen por el teclado de un ordenador a las cinco de la mañana. Adonde las bombas son sólo Donuts rellenos de chocolate.
Yo me marcho a olvidar tu nombre, Iván. Me marcho a gritar que te odio tanto que no puedo dejar de quererte. Me marcho a andar sobre cristales rotos hasta que me sangren tanto los pies que el corazón deje de dolerme. Me marcho a reparar todo lo que estropeaste.
Me marcho a que me eches de menos, Iván. A que te duela lo que has perdido. Me marcho a que mi ausencia atormente tus noches.
Iván, yo me marcho a que mis manos acaricien rostros anónimos. A que mi cuerpo reciba calores ajenos. Me marcho, Iván, a que mis dedos recorran otras pieles. Me marcho a jugar con otras vidas; con otros seres.
Me marcho sin dinero a fingir que les quiero.

Sinceramente y, cada día menos, tuya:
Yo.

A 'Iván', que tanto daño me ha hecho sin saberlo.

miércoles, 10 de febrero de 2010




- ¿Dónde están los hombres? -preguntó con cortesía el principito.
La flor había visto un día pasar una caravana.
-¿Los hombres? Debe de haber seis o siete. Los vi hace años. Pero nunca se sabe dónde encontrarlos. El viento los pasea. No tienen raíces, y eso los fastidia mucho.

miércoles, 3 de febrero de 2010



Más vale permanecer callada y parecer tonta, que abrir la boca... y que te entren moscas.

lunes, 1 de febrero de 2010

Eres droga.



Dañina y placentera.
Muerte pausada y activa.
Ácida; adictiva.
¿Te duele matar? Más me duele que no lo hagas.
Mi alma abandona en busca de tu aroma.

Me alejo. Me engancho.
Me elevo. Remato.

Controlas mi mente.
Los días sin ti sólo son noches.
Yo duermo en los coches.
Dosifiquemos.
Aumento la dosis y vuelo.
Me encantas ¿lo sientes?
Me inyectas, me dueles.
Eres mi droga.
Mi vida y mi muerte.